A.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear trabajadores especiales.
Soy Sebastián, soy alcohólico y hoy no he bebido.
No soy amigo de exibir la literatura de A.A. como si fuera el libro de las revelaciones, (aunque cada día estoy más convencido de lo acertada que es), pero he querido empezar mi comentario de hoy con la octava tradición y mostrar así mi preocupación por algo escuchado ayer.
Me dijeron que hay unas subvenciones muy jugosas de la comunidad europea y que mienbros de Alcohólicos Anónimos, están dispuestos a hacerse con alguna de ellas.
Sé que se me dirá que es para una buena causa, que el dinero nos valdrá para pasar el mensaje y que mejor nosotros y no otros manejándolo.
Pero yo afirmo que será el principio del fin para muchos grupos, (no para la asociación, es fuerte, la prueba es que abrimos grupos y estos van creciendo)
Un simple vistazo por la vida nos muestra que el dinero, su reparto y distribución, es una fuente de conflictos constantes: Hermanos que no se hablan, parejas que se rompen, amigos que comienzan a odiarse. Y nosotros, pobres alcohólicos, ¿vamos a libranos de estas miserias?
Propongo que estemos ojo avizor, entre todos hemos de evitar alejarnos de nuestro objetivo:
Cada grupo tiene un solo objetivo primordial: llevar el mensaje al alcohólico que aún está sufriendo.
Quinta tradición.
Gracias por vuestra atención.
Felices 24 horas.
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