Aquí estaremos.

Soy Sebastián, soy alcohólico y hoy no he bebido.
Me gustaría que nosotros, los que ahora somos miembros de alcohólicos anónimos, fuesemos los últimos de esta comunidad. Que esta enfermedad se erradicase y quedara como un vestigio sólo comprobable en los libros de historia.
Estoy convencido de que si puedieramos evitar el sufriento del beber sin control y sin querer hacerlo que tuvimos en su día los que nos llamamos a nosotros mismos alcohólicos, lo haríamos.
Pero me temo que este sueño, por ahora, es imposible. Vivo en el centro de una ciudad universitaria, y desde mi ventana veo el fenómeno del botellón. Sé, yo he pasado por ahí, que muchos chicos y chicas, en unos pocos años van a ser bebedores problema. No entro en el macabro juego de éste sí, éste no. No soy Dios, no me corresponde señalar a nadie con el dedo.
Sin embargo si puedo abrir un grupo en esta ciudad, poner carteles, escribir en este bloc, ir puntual a mis reuniones, compartir, motivar un buen ambiente en el grupo, practicar los principios de doble A...
De esta manera estoy preparando el terreno para los que quieran engancharse a esta cadena y ser un eslabón más de experiencia, fortaleza y esperanza.
Gracias por vuestra atención.
Felices 24 horas.