Los miembros de Alcohólicos Anónimos comparten su experiencia con cualquiera que busque ayuda para su problema con la bebida; dan servicio persona a persona o “apadrinan” al alcohólico que llega a A.A. sea cual sea su procedencia. El programa de A.A., en el enunciado de nuestros Doce Pasos, ofrece al alcohólico una manera de desarrollar una vida satisfactoria sin alcohol.
El Anonimato
En Internet: Conforme con la forma larga de la Undécima Tradición, que dice, “No se deben publicar, filmar o difundir nuestros nombres o fotografías identificándonos como miembros de Alcohólicos Anónimos,” no se deben publicar fotos de miembros de A.A. que se puedan reconocer como tal en sitios del Web a los que miembros del público tienen libre acceso, incluidas las páginas sin restricción de las redes sociales.
Sea cual sea el medio, nadie que no sea el mismo miembro tiene el derecho de revelar su afiliación a A.A. Como dijo Bill W. en el número de enero de 1946 del Grapevine: “Debe ser el privilegio de cada miembro individual de Alcohólicos Anónimos abrigarse con tanto anonimato personal como desee. Sus compañeros de AA deben respetar sus deseos y ayudarle a guardar su anonimato en el grado que le parezca apropiado.”
Los comentarios son personales, alcohólicos anónimos ® y este blog no se hacen responsables de las opiniones aquí vertidas.
viernes, 18 de febrero de 2011
SERENIDAD
Con la oración de la serenidad los grupos suelen cerrar sus reuniones. En colectivo le pedimos tres lujos: serenidad, valor y sabiduría. El ser humano que consiga tener estas tres cosas puede darse por satisfecho. Pero hay algo que no debe olvidarse, sin lo primero, sin la serenidad, es imposible siquiera rozar las otras dos. Tenemos que estar tranquilos para tener una visión clara de nuestras circunstancias y de las que nos rodean. Sin esto es imposible el ideal de una recuperación plena.
Alcohólicos anónimos me ayuda a tener un poco más de paz y tranquilidad, poco a poco voy teniendo algo de serenidad.
Felices 24 horas.
miércoles, 16 de febrero de 2011
UNA VIDA SIN ALCOHOL
Antes de llegar a alcohólicos anónimos, me parecía del todo imposible vivir sin beber. Por supuesto hablaba de mesura: una copa de vez en cuando, ¿por qué no tomarme una caña con los amigos?, una cerveza viendo el fútbol, por la noche un cubata. Todas estas cosas y más, me las repetía de continuo. Lo cierto es que solía acabar en un lamentable estado de borrachera, precursora de una resaca descomunal. A pesar de los continuos tropezones, plantearme una vida sin alcohol no entraba dentro mis cálculos.
Al asistir a las reuniones y ver a tantas personas que habían dejado de beber un día y para siempre, que se les veía sanos y contentos, contando sus experiencias de un pasado cada vez más remoto, yo quise eso. Quise tener una vida feliz y útil. Para conseguirlo debía de perder toda esperanza de que un día pudiera beber con moderación. Lo hice y no me arrepiento.
Felices 24 horas.
lunes, 14 de febrero de 2011
Felices 24 horas.
Cuando llevas algún tiempo en alcohólicos anónimos, hay una alegría que supera a las demás; ver a la gente recuperarse.
Un compañero entra en su primera reunión: confundido, despistado, no sabiendo muy bien donde se encuentra, con ganas de qué le digan que no es alcohólico, que ese no es su lugar. Durante esa primera reunión su semblante va cambiando, parece imposible pero la postura rígida del cuerpo se acentúa al oír los testimonios, normalmente, dirigidos a él. Acaba la reunión, recibe teléfonos y algún consejo de última hora, ves como sus ojos brillan y saltan de un lugar a otro, sin perder el objetivo de la puerta de salida. Le hemos pasado el mensaje y tiene una información que le será difícil olvidar.
Si este compañero vuelve, vemos que día tras día, reunión tras reunión, su semblante va cambiando, la columna vertebral ya no es un cable tensado, sus manos se mueven con mayor libertad. A las pocas semanas el rostro se transfigura a unos colores más vivos, sonríe, el iris de los ojos transmite bondad, alegría, esperanza. Sabes que en algún momento, este compañero entrará de lleno en su nube rosa.
Esto que cuento te produce tal sensación de bienestar que deseas cuanto antes la próxima reunión y que sigan viniendo aquellos que aún sufren por causa del alcohol.
Felices 24 horas.