Me gustan las reuniones

Soy Sebastián, soy alcohólico y hoy no he bebido.
Me gustan las reuniones que hacemos en alcohólicos anónimos. Y no sólo por lo obvio. Esa es la mejor manera para la recuperación física, mental y espiritual.
Me gustan las reuniones porque allí puedes expresarte con total libertad y los compañeros te escuchan en respetuoso silencio. Oyes historias personales y con estar un poco atento, te das cuenta de cómo respira la sociedad.
El alcoholismo no es la enfermedad de unos pocos, la sufren todas las categorías raciales, económicas y culturales del mundo entero. Por eso es tan interesante escuchar lo que los compañeros y compañeras tienen que decirnos. Poco a poco te vas formando una idea de cómo afrontar los problemas, vas teniendo un criterio social y político. No pasa como en los platós de televisión que las opiniones se expresan a gritos, con el erróneo concepto de quién más levanta la voz es el que posee la verdad absoluta.
Echo de menos el formato de las reuniones cuando estoy en otros ambientes. De ellos salgo con la impresión de qué no se escucha, que da igual lo que el otro tiene que decirte.
Hoy no tenemos reunión el grupo Catedral. Mañana sí y estaré disfrutando de nuevo.
Felices 24 horas.

Paso a paso.

Soy Sebastián, soy alcohólico y hoy no he bebido.
Paso a paso, poco a poco, nuestro grupo, tú grupo. El grupo Catedral de Santiago de Compostela se va acercando a su primer año de existencia.
Muchos fueron los amigos, veteranos en muchos envites dentro de alcohólicos anónimos, que nos decían lo arduo que es abrir un grupo y mantenerlo. Que muchas reuniones las tendría el encargado de abrir el grupo y el poder superior.
Sin embargo, poco a poco, paso a paso, la gente se nos acerca y se quedan con nosotros. Deciden que este es un buen sitio para recuperarse. Sus caras, aptitudes y testimonios así lo atestiguan.
Esto nos llena de satisfacción. Saber que hemos ocupado un hueco, una necesitad en la ciudad de Santiago de Compostela.
Felices 24 horas.