FRENA. YO NO SOY EL PRIMERO

Soy Sebastián, soy alcohólico y hoy no he bebido.
Es posible que el ego no haya sido la causa determinante para desarrollar mi alcoholismo. Pero desde luego, el alimentarlo de manera desaforada si que lo incrementó. Me ayudaba el beber a soportar cosas tan evidentes, como que yo no era el centro de atención permanente de nadie. Antes, durante y después de una ingesta alcohólica podía vagar por mundos de fantasías donde yo era el héroe. Luego la realidad se encargaba de poner las cosas en su sitio.
Gracias a A.A. ya no bebo. Gracias a eso soy consciente de lo que me rodea. Y aunque no todo me gusta, me siento mejor. ¡Mucho mejor!
Qué difícil es identificar eso que llamamos “amor propio” o “autoestima” del pernicioso ego. ¿Lo conseguiré algún día? Si sigo en doble a, a lo mejor encuentro la respuesta.
Felices 24 horas.

¿POR QUÉ DEL BLOC?

Soy Sebastián, soy alcohólico y hoy no he bebido.
La idea de crear este bloc, surgió el mismo día en que decidimos abrir el grupo Catedral. Nos planteábamos como llegar al alcohólico que aún está sufriendo. Nuestros medios siempre serán limitados: carteles, boca a boca, intervenciones en los medios de comunicación… Pero estábamos viendo que muchos nuevos en alcohólicos anónimos tienen su primer contacto por medio de Internet. Por diversas causas, que no quiero exponer aquí, el teléfono y dirección del grupo aún no figura en el directorio nacional que desde Asturias se cuelga en la red. Tampoco nos llegan llamadas por medio del teléfono del área 1.
Este es el motivo del bloc, darnos a conocer. Además pienso que es un medio para compartir y abrir experiencias. Desde luego no puede sustituir nunca las reuniones y los magníficos libros de la asociación.
No pontificamos, ni nuestras opiniones pretender influir en nadie. Tampoco somos un órgano oficial y difusor, ni siguiera de nuestro grupo. Yo soy Sebastián y soy alcohólico. Sólo eso.
Felices 24 horas.

CUANDO NO SALE COMO YO QUIERO

Soy Sebastián, soy alcohólico y hoy no he bebido.
Hoy he tenido un problema con el ordenador. Aún me siento molesto, enfadado, preguntándome; ¿por qué me tiene que pasar esto?
De inmediato soy capaz de reírme. Hace apenas unos años, esto hubiera sido un drama de tal proporciones que, irremisiblemente, me hubiera ido a beber. Las cosas nimias eran una excusa perfecta para sentirme un desgraciado y otorgarme el derecho de la ingesta alcohólica.
La consecuencia era que el problema seguía, o aumentaba, y la resaca me impedía buscar soluciones.
Ahora; ahora ya tengo la solución, es cierto que hasta mañana no puedo hacer nada con respecto a esto del ordenador. Pero tengo todo el día para dedicarme a actividades que me gustan.
Cuando las cosas no salen como yo quiero, me sigo frustrando. Pero cada menos. ¡Qué maravilloso es el programa de alcohólicos anónimos?
Felices 24 horas.